Los últimos años han estado fuertemente marcados por la evolución y
el cambio en los ámbitos económicos y tecnológicos básicamente, habría que decir que por ende los cambios sociales se hacen
presentes. Estos han sido tan rápidos que ha veces es difícil identificarlos y reconocerlos. Dice Woolley que los medios de
comunicación han demostrado la fuerza para generar realidades artificiales, menciona el comercial de televisión en el cual
aparecía un anciano tratando de localizar un ejemplar de la edición agotada de Fly Fhising de J.R. Hartley por medio de la
sección amarilla del directorio telefónico, al final del comercial resulta que el anciano era Hartley. La historia conmovió
tanto al público británico que librerías y bibliotecas se vieron inundadas por
situaciones del libro, aunque ni obra ni autor habían existido en realidad. Ante esto, la editora Random Century decidió crear
ambos, contratando un escritor fantasma para escribir y un actor para personificar al autor. El resultado fue que la ficción
se transformo en realidad artificial.
¿Será justo seguir llamando virtual a lo que tiene la posibilidad
de convertirse en realidad de alguna manera?
Dice también Benjamín Woolley : ¿puede seguir existiendo algún
contacto con la realidad cuando la imitación se vuelve indistinguible e incluso mas autentica que el original, cuando las
computadoras pueden crear mundos sintéticos que son más reales que el real, cuando la tecnología se burla de la naturaleza?
Entonces, la virtualidad puede llegar a tocar la realidad hasta
convertirse en ella y viceversa, lo que nos deja en una postura no opuesta de ambos términos. Ni la una es la verdad de lo
tangible y físico, ni la otra es lo irreal e intangible. Porque la virtualidad es la representación casi irreconocible de
la realidad. Y la realidad elabora conceptos para abstraerla, es decir representaciones, o sea virtualidades.
Pero hablemos de la realidad virtual que se plasma en un universo
paralelo pero no lineal como es el internet, la red de redes. Son tantas las opciones en que la virtualidad se presenta en
el internet, hablamos de conversaciones que sustituyen a la comunicación telefónica que es muy real, nos referimos a video
conferencias y comercio real, con recursos y productos reales. Tan real o tan virtual como la compra por catalogo, correo
o teléfono, pero con un alcance mundial y sin restricciones de horario de oficina y en una forma multidimensional. La virtualidad
tiene pues, la capacidad de convertirse en realidad y la realidad de ser representada virtualmente.
Desde ese momento, todas las criticas que se han hecho a la fantasía
que representa vivir en un mundo virtual, las burlas que se hace de aquellos que conviven con un universo recreado (“virtual”),
pensaríamos serían caducas desde el momento en que nos estamos enfrentando a una posibilidad de trascender la virtualidad.
Estamos hablando de una dualidad tanto de la realidad como de la virtualidad y es así como se plantea la postura de no hacer
dos términos opuestos sino a veces complementarios y a veces espejo uno del otro.
Citamos realidades que suceden en un universo casi totalmente virtual-conceptual
como el internet, sin embargo el caso contrario como las parejas formadas en los chats, los negocios, intercambios artísticos,
culturales y amistosos que se dan a través de un medio como éste son innumerables, así que despreciar la virtualidad como
en tantos artículos se ha planteado, satanizarla y descartarla como una practica
social parece injusto, parcial y limitado. “Mas allá de la realización de tareas profesionales, los usos de la comunicación
a través del ordenador ya alcanzan el ámbito de la actividad social.” “Mas allá de la interacción social..., los observadores han detectado el fenómeno de la
formación de comunidades virtuales... por ellas suele entenderse una red electrónica autodefinida de comunicación interactiva,
organizada en torno a un interés o propósito compartido, aunque a veces la comunicación se convierta en sí misma en la meta.”
“La noción de lo virtual, tan traída y llevada en relación con
fenómenos informáticos como la ‘realidad
virtual’ o la comunicación por la Internet, no es un sinónimo de lo falso o lo irreal. Como bien lo hace
notar Pierre Lévy, ‘lo virtual no se opone a lo real sino a lo actual’. De hecho, el avance de la virtualidad
sobre la actualidad ha sido una característica permanente del proceso de desarrollo de la humanidad, nuestra especie se ha
constituido en y por una virtualización creciente (Lévy 95)... el lenguaje y el arte... su carácter eminentemente simbólico
los coloca de lleno en el orden de lo virtual. La literatura y la ciencia, productos maduros de la cultura, son también esencialmente
virtuales, puesto que nos abren mundos insospechados muy diferentes a nuestro entorno físico y social.” Pero habría que decir que en nuestros tiempos la palabra virtual adquieres una asociación
directa hacia los productos de la informática y las nuevas tecnologías de información.
La comunicación virtual a generado canales e interactividad mayor que
la que cualquier otro medio lo haya hecho Y es otra de las cuestiones a considerar “ las propiedades de la interactividad
y la comunicación...¿estas posibilidades se traducen en nuevos modelos de comunicación? ¿Cuáles son los atributos culturales
que surgen del proceso de interacción electrónica?”
Es importante explorar los principios de las nuevas tecnologías
y en las nuevas dimensiones espacio-temporales que ellas generan, la sociedad que esta emergiendo a partir de la influencia
de estas nuevas formas de hacer a través de nuevas mediaciones, nuevas realidades. Cuando se habla de
realidad virtual, típicamente es para contrastarla con este otro tipo de realidad, la física. Y sin embargo mucho de lo que
manejamos de esta realidad es su representación mental. El proceso de percepción
de la realidad se lleva a cabo a través de procesos químico-eléctricos que pueden ser estimulados a partir de representaciones
virtuales de objetos reales, tan verosímiles que provocan respuestas idénticas a las que provocan los objetos o estímulos
“reales”.
“No vemos
(...) la realidad (...) como es, sino como son nuestros lenguajes. Y nuestros lenguajes son nuestros medios de comunicación.
Nuestros medios de comunicación son nuestras metáforas. Nuestras metáforas crean el contenido de nuestra cultura.” Dice
Postman
“El surgimiento de un nuevo sistema de comunicación electrónico,
caracterizado por su alcance global, su integración de todos los medios de comunicación y su interactividad potencial, esta
cambiando nuestra cultura y lo hará para siempre” Atrás a quedado la satanizada postura de la influencia total de los medios de comunicación
respecto a la forma de actuar de los seres humanos. Esta bien establecida la postura de que las personas se alimentan de otras
cosas que llegan a conformar un universo que influye entonces en las conductas individuales y colectivas. Tantos aspectos
como la exposición a todo tipo de información proveniente de los medios de comunicación, de otras personas verbal y no verbalmente.
Por otro lado están aspectos académicos, de formación personal y la carga de percepción psíquica de cada información que nos
llegan de diversas fuentes. A pesar de las percepciones de que la globalización traería consigo este aspecto de homogenización
respecto a la posibilidad de que la información llegara a todos de igual manera (ahh, democracia total!) y de homogenizar
también, no solo la forma de percepción sino la conciencia social.
Javier Echeverría, filosofo vasco , ha propuesto llamar Telépolis
(ciudad a distancia) a la nueva forma de interacción social surgida en la segunda mitad del siglo XX, que comienza con la
aparición de la televisión y culmina con la llegada del Internet. Propone que las profundas modificaciones que se han dado
en la producción, el trabajo, el comercio, el dinero, la escritura, la identidad personal, la ciencia y la comunicación puede
ser comparada a una ciudad y analizada desde el ámbito urbano. Telépolis desborda las fronteras geográficas y políticas. Su
estructura no es la de un recinto, con interior y exterior, sino la de una red de interconexiones (una sociedad red como diría
Castells, con flujos hacia muchos lados) que vincula puntos geográficamente dispersos, unidos solo por medio de la tecnología.
Las similitudes entre estas dos ciudades, la real y la virtual
son muchas, igual que en la realidad en internet la gente acostumbra ir de paseo, sin ninguna intención previamente establecida,
algunos van a las bibliotecas o museos, consulta de los periódicos, las tan concurridas páginas de sexo y las compras vía
la red. Todo esto sucede en los centros comerciales y ahora sucede en la red. Sucede en los cafés y ahora en los chats de
la red.
A pesar de los contras que muchos podrían achacar a la sociedad
que se elabora en Internet y la cual tachan de fría, poco humana y individualista, el ambiente virtual, como dice Echeverría,
ofrece una especie de resurrección del ambiente urbano de la ciudad-estado, pero ahora a escala mundial.
“El espacio de los flujos y el tiempo atemporal son los cimientos
materiales de una nueva cultura, que trasciende e incluye la diversidad de los sistemas de representación transmitidos por
la historia: la cultura de la virtualidad real, donde el hacer creer acaba creando el hacer.”
CASTELLS, Manuel. “La Era Información”. Ed. Siglo XXI. México 1995.
VARIOS. RED DE VIRTUALIDAD,
FUTURO E HIPERESPACIO. Colegio de ciencias de la Universidad
de Colombia. http://wwwcolciencias.gov.co/redcom/PG_VIRTUALIDAD.HTML
WOLLEY, Benjamín. “Virtual
world: a journey i hype and hyperreality” Ed. Blackwell Publishers. Oxford 1992.
GUTIERREZ, Claudio. “Virtualidad
y Política” Seminario de Informatica y Derecho. San José Costa Rica 1997.
http://cariari.ucr.ac.cr/claudiog/Virtualidad_y_Polític.html
LIENDO, Pablo.
“La virtualización de la realidad” Fundación Redes y Desarrollo. Agosto 1997.
http://www.funredes.org/liendo/charlas/virtual/virtual1.htm