El sistema analógico de registo y reproducción del sonido, es el que corresponde
al invento del fonógrafo y de los discos tradicionales de surco.
Esencialmente, las vibraciones del sonido convertidas en variaciones físicas correspondientes,
sobre un medio sólido.
Las variaciones de las ondas sonoras, son trasladadas tal cuales son, mediante un aparato, a
una punta que corre sobre una sustancia relativamente blanda, en la cual traza un surco que va oscilando a derecha e izquierda
en la misma frecuencia e intensidad del sonido que origina las vibraciones que la aguja recibe. Esos surcos, normalmente se
dibujan sobre una superficie en forma circular, o de espiral, para poder colocar una gran longitud en un espacio reducido.
Eso, es el disco de pasta tradicional.
Cuando el disco es colocado en un reproductor, la aguja funciona a la inversa; recoge las vibraciones
del surco, y las transmite a un aparato que termina convirtiéndolas en vibraciones de una superficie elástica en contacto
con el aire (el cono de un parlante) y hace oír el sonido originariamente grabado.
En la grabación analógica de base magnética, en vez de trazarse un surco físico sobre una superficie,
las variaciones físicas del aire se trasladan incorporándolas en forma idéntica sobre una corriente eléctrica, y mediante
ella se incorporan distintos grados de magnetización sobre una sustancia sensible adherida a una base sólida y elástica; la
película sobre la cual está adherida. Es la cinta magnética de los grabadores de cinta, o de los cassettes. En un primer momento,
en vez de la cinta plana se utilizó, como medio de base magnética, un alambre sumamente fino; en el primer grabador magnético,
que fue el grabador de alambre. Las variaciones de magnetización son una reprodución idéntica en frecuencia e intensidad a
las de las ondas sonoras registradas; por eso siempre se trata de un sistema analógico.
El sistema analógico de registración sonora también se empleó en base a la luz, en el sonido de las
películas de cine. En este caso, se trataba de un rayo de luz corriente (aún no se había inventado el rayo laser), que pasaba
a través de un pequeño orificio y se proyectaba sobre la película que iba pasando frente a él, que tenía fotografiados distintos
grados de negro o gris, reproduciendo analógicamente las vibraciones del sonido.
Esa luz, activaba con mayor o menos intensidad una “célula foto-eléctrica”;
dispositivo que es capaz de generar una variable intensidad de energía eléctrica en función de la intensidad de la luz que
recibe, y esa corriente eléctrica era procesada por amplificadores y parlantes, reproduciendo el sonido original.
Obviamente, esas variaciones eran análogas a las del sonido; y a partir de ellas, era posible
reproducir en un parlante esas vibraciones y con ellas, hacer audible el sonido registrado.
El registro digital del sonido, se realiza mediante aparatos electrónicos
e informáticos combinados, que reciben las vibraciones del sonido real a través de micrófonos o de otras fuentes análogas,
las transforman en variaciones eléctricas y finalmente las convierten en registros de tipo binario.
La onda del sonido es contínua en el tiempo; pero el oído humano no es capaz
de distinguir una onda discontínua, o interrumpida, si esas interrupciones ocurren a una gran velocidad.
Es algo similar a lo que ocurre con la proyección cinematográfica, en que las imágenes son fotografiadas
en cuadros inmóviles sucesivos, a una cierta velocidad. Pero cuando se reproducen proyectándolas en una pantalla, el ojo humano
no es capaz de captar las interrupciones; debido a que las diversas percepciones son retenidas por unos breves instantes de
modo que al ser sustituídas por la siguiente, parecen ser un movimiento continuado e ininterrumpido.
En base a ello, para registrar un sonido en forma digital, se hace un “muestreo”;
es decir, se toman imágenes “estáticas”, transformadas a codificación digital, a razón de fracciones de tiempo
sumamente cortas. Esas registraciones “instantáneas” codificadas en forma digital, se copian en elementos físicos
que las retienen; y cuando son “leídas” con la misma velocidad de muestreo con que fueron tomadas, originan en
los aparatos reproductores un proceso que termina con vibraciones físicas de los elementos correspondientes del aparato, y
que permiten volver a oír el sonido registrado.
Una de las ventajas principales de la reproducción digital, es que prescinde totalmente de elementos intermedios
mecánicos. Eso elimina toda posibilidad de que se incorporen ruidos o sonidos adicionales al que está registrado; como
ocurría con el ruido de la púa frotando sobre el disco o de la cinta frotándose sobre la cabeza lectora en los grabadores
de cinta, cuando se empleaban los procedimientos analógicos, que se mezclaba con el sonido sustancial, tanto al registrarse
como al reproducirse.
Por lo tanto, el sonido reproducido por registración digital, es exactamente igual al originario,
sin ningún agregado o deformación; en la medida en que todos los elementos componentes de los aparatos utilizados en el proceso
hayan sido capaces de captar y procesar exactamente los niveles y frecuencias componentes de ese sonido original.
Éste es el concepto máximo obtenible de “alta fidelidad”,
que significa una absoluta identidad del sonido reproducido con el original. Sin embargo, es preciso señalar que esa identidad
nunca es de hecho posible, porque el sonido no se reproduce en las mismas condiciones de lugar, ni en los mismos instrumentos
que lo ejecutaron, dispuestos de la misma manera. Estrictamente, para reproducir con total fidelidad un concierto, sería preciso
que sonaran en el mismo salón de concierto los mismos instrumentos, en las mismas condiciones de todo tipo, desde la cantidad
de público asistente, hasta el grado de humedad del aire.
fuente: http://www.liceodigital.com/materias/informatica/infomusica.htm#metodos